Que Garabato tiene uno de los cinco mejores menús del día de todo España ... ya está escrito. De lo que no he escrito todavía es de su inmensa carta. Tan grande cómo su local para hacer honor a aquello del espacio gastronómico. Tienes opciones para tapear a través de una gran selección de tostas (todas muy apetecibles), puedes comer de una manera más tradicional o te puedes atrever con la cocina de influencias que es la especialidad de la casa con Jesús Castedo y Joel Céspedes al mando.
Yo que soy mucho de especialidades y muy fan de la gastronomía peruana de influencia japonesa, me decanté por estas con asesoramiento por parte del personal de sala. Causas, tiraditos, ceviches, ají, tatakis, niguiris, sushis ... no le falta de nada para ser considerados un auténtico restaurante Nikkei.
En esta primera tentativa (no será la última) pedí una tosta de salmón ahumado con emulsión de melocotón, un circuito de niguiris, un ceviche clásico y una tarta de queso. La tosta fue un empeño mío ya que el camarero me recomendó la de boletus por encima del resto. ¡Bendito empeño! Pan crujiente sin pecar de basto, un salmón riquísimo que se deshacía en la boca y una emulsión que redondeaba una tapa sencilla pero perfecta. La volvería a pedir mil veces. Excelente.
El circuito de niguiris me pareció algo sosote a excepción del de pez mantequilla que estaba increíble. El de wagyu estaba muy correctón y el de huevo de codorniz con paté de trufa a parte de hacerse muy pastoso en boca, le faltaba mucha chispa. En futuras ocasiones me pediría las unidades sueltas de mantequilla, salmón, atún o anguila. Tengo la impresión de que rendirán a mejor nivel.
En cuanto al ceviche de perca (lo pedí picante) he de decir que me pareció súper divertido. Más allá del sabor, que es increíble, el juego de texturas que tiene este plato con el maiz cocido-crujiente, me pareció sensacional. Es menos ácido de los que he venido probando últimamente, especialmente el chico malo de Ronda 14, pero hay que tener en cuenta que la batata y las habas contrarrestaban una parte de la electricidad que pudiera tener la leche de tigre. Un plato muy redondo, básico para una primera experiencia en este restaurante.
Y para terminar caí en la tentación de pedir la tarta de queso. Llevaba nuez pecán, nieve de piña, agridulce de lulo y trufa de chocolate blanco con fruta de la pasión. Estaba rica aunque me decepcionó un poco dadas las expectativas que siempre me genera su cocina. Es un postre que pecaría de dulce si no fuese por la piña, a parte de que la textura es más de flan que de tarta. Tampoco fui capaz de encontrar el sabor tan particular del maracuyá, al igual que el queso andaba muy perdido (básico para este postre). Perfecto por fuera, y mejorable por dentro.
Esta primera experiencia a la carta en Garabato me ha generado ganas de una segunda, aunque tengo pendiente una visita a Azabache y a Azafrán (Villarrobledo). Son muchas las propuestas que me gustaría probar, así que no dudéis por un segundo que volveré. Más aún si contamos con el precio medio del ticket: tan sólo 22€ incluyendo el agua. Genial precio para una genial comida. Con su vinico o sus cervezas el precio debe estar sobre los 25-30€. Realmente apetecible.
Así que si vais de camino al mar "Mediterránedo", se me antoja cómo una parada téssnica perfecta.
DIRECCIÓN: Plaza Altozano, 6 - Albacete
TELÉFONO: 967 219 068
WEB: restaurantegarabato.com
FACEBOOK: facebook.com/RestauranteGarabatoAlbacete
INSTAGRAM: instagram.com/restgarabato
TWITTER: twitter.com/RestGarabato
No hay comentarios
Publicar un comentario