¿Dónde quedó ese Charly que tenía miedo a probar cosas nuevas? Cómo dice mi madre, ¡QUIEN ME HA VISTO, Y QUIEN ME VE! De ese niño que lloraba cuando le plantaban para comer espinacas, hemos pasado al que come casi casi de todo (aunque el huevo duro y el coco siguen siendo mis grandes enemigos) y se atreve con propuestas de lo más variopintas. Y es que Madrid, más allá de su bullicio y estrés, nos ofrece a tiro metro una cantidad de restaurantes étnicos que un servidor intenta aprovechar y conocer en la medida de lo posible. Viajar y conocer otras culturas a base de bocados, es algo que practico y que todos deberíamos hacer de vez en cuando. #Recomendable.
Antojos Araguaney es el sueño de Fernando, un loco venezolano que se vino a España lleno de ilusión y con sólo tres mil euros debajo del brazo. Un tío que le tiró un órdago a la vida y que ganó la mano a base de trabajar y trabajar (de lunes a lunes cómo dice el). Es de esa clase de gente que mientras te cuenta la historia de su vida, te embobas por la total admiración que genera. Afortunadamente por el camino se encontró con sus dos actuales socios, Juan Carlos y Joanna, que cómo no podía ser de otra manera, están hechos de la misma pasta. Juntos han conseguido establecer a Antojos cómo una marca de referencia en la capital gracias a su restaurante, su panadería gourmet y a su food truck (
@GrillOnTruck) que lo ha petado en su primera asistencia a la feria callejera de
@Madreat a base de parrillitas y pepitos. Son unos auténticos cracks ... no se puede definir mejor.