El gran mérito de Dani García (@danigarcia_ca) no es colaborar con McDonalds para que una pequeñísima parte de su concepto culinario llegue a más gente de las que haya imaginado jamás. ¡NO! El gran mérito es que un servidor pise esta franquicia para comer una hamburguesa que lleva la firma de su restaurante Bibo (Marbella). Lo meramente gastronómico pasa a segundo plano, aunque también hay que valorarlo.
La campaña publicitaria, clave en toda esta historia, ha sido más que sobresaliente. Caras conocidas (Manel Fuentes y Arturo Valls), buen escenario y esa reacción inocente capaz de vender hasta a su madre. Los americanos bordan estas cosejas, por eso no tengo ninguna duda de que van a vender esta burger cómo auténticas rosquillas. Prueba de ello es que hoy cuando me he acercado a probarla, casi todo el mundo la estaba comiendo.
Pero por mucho Dani y Bibo que haya de por medio, esto no deja de ser un McDonalds. Aunque la mona se vista de seda ... ya se sabe. Me sorprende cómo un chef de su talla se embarre de esta manera por hacer honores a este emblema americano del que tanto aprendió en su etapa newyorkina. Todo el mundo en su sano juicio es consciente que en cualquier local del payaso no se cocina igual el producto final que en un restaurante americano tal y cómo los conocemos en España. Es aquí dónde radica el problema y no en las calidades cómo más de uno sospecharía.
Si analizamos la hamburguesa elemento por elemento, nos daríamos cuenta de que todo está bastante rico exceptuando una cosa: la carne. El pan alemán es perfecto, la salsa con un puntito picante es deliciosa, el queso toledano se me llega a antojar escaso y la decente lechuga navarra hacen que este producto sea la mejor burger estacional y fija que haya probado en McDonalds. Pero es su carne fina pasadísima de punto, junto a las prisas que tienen por despacharte, la que destroza literalmente el resultado final.
Ya se que cada local es un mundo y que no en todos los lados se tratan igual las cosas. Al que fui yo, no volvería en la vida. La carne fuera del pan, poquísimo queso y una cantidad de salsa que volvía resbaladiza a la hamburguesa. La carne parecía Leonardo Di Caprio y mi boca Tom Hanks en "atrápame si puedes". Si comparáis la mía con las que he visto por Twitter o Instagram, dan ganas hasta de llorar.
Lo único que me ha suscitado esta hamburguesa, son las ganas de probar la original. Ni más, ni menos. Me quedo con cada uno de los locales que están incluidos ahora mismo en el #BurgerRanking antes que con el McDonalds. Y ojo, que en esa lista hay un franquiciado del cual esta casa debería aprender y mucho. The Good Burger no tiene la mejor carne del mundo, pero la gana por goleada.
De momento han conseguido que muchos de nosotros la probemos y que más de uno le haga propaganda gratuita vía redes sociales (yo incluído). Por toda expectativa generada yo digo ... ¡CAMARERO! Una de marketing.
La campaña publicitaria, clave en toda esta historia, ha sido más que sobresaliente. Caras conocidas (Manel Fuentes y Arturo Valls), buen escenario y esa reacción inocente capaz de vender hasta a su madre. Los americanos bordan estas cosejas, por eso no tengo ninguna duda de que van a vender esta burger cómo auténticas rosquillas. Prueba de ello es que hoy cuando me he acercado a probarla, casi todo el mundo la estaba comiendo.
Pero por mucho Dani y Bibo que haya de por medio, esto no deja de ser un McDonalds. Aunque la mona se vista de seda ... ya se sabe. Me sorprende cómo un chef de su talla se embarre de esta manera por hacer honores a este emblema americano del que tanto aprendió en su etapa newyorkina. Todo el mundo en su sano juicio es consciente que en cualquier local del payaso no se cocina igual el producto final que en un restaurante americano tal y cómo los conocemos en España. Es aquí dónde radica el problema y no en las calidades cómo más de uno sospecharía.
Si analizamos la hamburguesa elemento por elemento, nos daríamos cuenta de que todo está bastante rico exceptuando una cosa: la carne. El pan alemán es perfecto, la salsa con un puntito picante es deliciosa, el queso toledano se me llega a antojar escaso y la decente lechuga navarra hacen que este producto sea la mejor burger estacional y fija que haya probado en McDonalds. Pero es su carne fina pasadísima de punto, junto a las prisas que tienen por despacharte, la que destroza literalmente el resultado final.
Ya se que cada local es un mundo y que no en todos los lados se tratan igual las cosas. Al que fui yo, no volvería en la vida. La carne fuera del pan, poquísimo queso y una cantidad de salsa que volvía resbaladiza a la hamburguesa. La carne parecía Leonardo Di Caprio y mi boca Tom Hanks en "atrápame si puedes". Si comparáis la mía con las que he visto por Twitter o Instagram, dan ganas hasta de llorar.
Lo único que me ha suscitado esta hamburguesa, son las ganas de probar la original. Ni más, ni menos. Me quedo con cada uno de los locales que están incluidos ahora mismo en el #BurgerRanking antes que con el McDonalds. Y ojo, que en esa lista hay un franquiciado del cual esta casa debería aprender y mucho. The Good Burger no tiene la mejor carne del mundo, pero la gana por goleada.
De momento han conseguido que muchos de nosotros la probemos y que más de uno le haga propaganda gratuita vía redes sociales (yo incluído). Por toda expectativa generada yo digo ... ¡CAMARERO! Una de marketing.
WEB: mcdonalds.es
FACEBOOK: facebook.com/McDonaldsSpain
INSTAGRAM: No tienen cuenta
TWITTER: No tienen cuenta
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