¿Dónde quedó ese Charly que tenía miedo a probar cosas nuevas? Cómo dice mi madre, ¡QUIEN ME HA VISTO, Y QUIEN ME VE! De ese niño que lloraba cuando le plantaban para comer espinacas, hemos pasado al que come casi casi de todo (aunque el huevo duro y el coco siguen siendo mis grandes enemigos) y se atreve con propuestas de lo más variopintas. Y es que Madrid, más allá de su bullicio y estrés, nos ofrece a tiro metro una cantidad de restaurantes étnicos que un servidor intenta aprovechar y conocer en la medida de lo posible. Viajar y conocer otras culturas a base de bocados, es algo que practico y que todos deberíamos hacer de vez en cuando. #Recomendable.
Antojos Araguaney es el sueño de Fernando, un loco venezolano que se vino a España lleno de ilusión y con sólo tres mil euros debajo del brazo. Un tío que le tiró un órdago a la vida y que ganó la mano a base de trabajar y trabajar (de lunes a lunes cómo dice el). Es de esa clase de gente que mientras te cuenta la historia de su vida, te embobas por la total admiración que genera. Afortunadamente por el camino se encontró con sus dos actuales socios, Juan Carlos y Joanna, que cómo no podía ser de otra manera, están hechos de la misma pasta. Juntos han conseguido establecer a Antojos cómo una marca de referencia en la capital gracias a su restaurante, su panadería gourmet y a su food truck (@GrillOnTruck) que lo ha petado en su primera asistencia a la feria callejera de @Madreat a base de parrillitas y pepitos. Son unos auténticos cracks ... no se puede definir mejor.
Hoy pretendo escribir sobre su grill, un sitio que engaña mucho por fuera. Su fría fachada de madera no se corresponde con lo que hay dentro tanto a nivel humano cómo ornamental. Son sus mesas de madera y sus paredes azules las que a más de un venezolano le recordará a isla Margarita. Para extraños cómo yo, la decoración se hace muy agradable y nos da alguna pista de la temperatura insufrible que tiene que hacer por allí. Ese clima calentito se percibe en su servicio, al cual es difícil de encontrarle adjetivos que les dignifiquen. Da gusto el oírles explicar la historia de cada plato. Se siente la pasión a la vez que se respira añoranza. Es clave para entender lo que vamos a comer.
La propuesta es corta por fortuna (24 platos entre entrantes, principales y postres), facilita el trabajo a la hora de pedir aunque yo siempre os recomendaría pedir el menú degustación para conocer de verdad esa cocina. Hace un repaso por sus mejores platos a la vez que llegas a apreciar cómo es la gastronomía de ese país. En cuánto a la carta de vinos he de decir que no soy un experto, pero creo que merece también que se la mencione ya que me pareció muy acertada y pareja a su oferta gastronómica. En esta ocasión, nos recomendaron regar el menú con un Artadi Tempranillo que me resultó muy sedoso. Francamente rico y que me he apuntado para pedir a mis bodegueros de referencia (@licorescache).
Esta historia empieza con una crema de aperitivo (buen detalle). Puede ser un salmorejo, un gazpacho, una crema de calabacín ... A partir de aquí nos sirven un plato con tres bocados clásicos de Venezuela: una cachapa con queso de mano fresco; un tequeño con chutney de tomate, pimiento a la brasa y albahaca; y una arepa de pernil con cremoso de aguacate, nata criolla y ají amarillo. Bocados muy contundentes, de los que llenan pero que a su vez dejan un sabor realmente notable. Muy recomendable ir de izquierda a derecha, porque queridos míos, el pernil es una auténtica delicia que hay que dejar siempre para el final. Es cierto que el toque dulzón del tequeño es muy llamativo (suelo gustar mucho), pero es que esa cremita de ají amarillo deja un yoquesé que yatusabes en la boca, que no se puede ni explicar.
De aquí pasamos al plato venezolano por excelencia pero ... algo reinterpretado: Crujiente de pabellón criollo. Un bollito de plátano relleno de carne desmechada y queso guayanés, que va acampoñado de caraotas negras y queso blanco rallado. Volvemos a la contundencia pero nunca dejando de lado el sabor. El gustirrinin de la fritura se entremezcla con la potencia del queso casero (lo hacen ellos) y se rebaja con el queso fresco, los frijoles y los omnipresentes toques dulces. Muy logrado para mi, aunque cómo bien me comentaron, un sacrilegio para los más puristas. A mi desde luego, me gusta la gente atrevida ... pa' que lo voy a negar. ¡Viva las reintrepretaciones carajo!
Lo siguiente que tuve oportunidad de probar fue lo que más me enamoró de todo el menú: el vuelve a la vida. Un aperitivo muy playero que suelen vender con mucho salero en las playas (ver vídeo), para refrescar un poquito al personal. Son unos langostinos marinados en lima y maracuyá, que van con aguacate y acompañados por unos tostones de plátano. Si lo coméis tal cual os lo sirven, seguramente no os parezca nada del otro mundo. Ahora, si lo acevicháis a base de lima (cómo lo hacen realmente allí), el plato se transforma en algo muy especial dónde los sabores se acentúan de manera bárbara, y el resultado en boca es realmente divertido. No es un platazo, es un PLA-TA-CO ¡! Pasamos del modo morcillón, a la erección asegurada (confesarlo cobardes).
Cuanto me gustaría que lo llevaran en su foodtruck. Si en el próximo madreat no lo venden, hago una petición a través de chage.org ... verdad de la buena.
Cuanto me gustaría que lo llevaran en su foodtruck. Si en el próximo madreat no lo venden, hago una petición a través de chage.org ... verdad de la buena.
Terminamos con el rey. Una increíble punta trasera a la brasa, acompañada de yuca y salsa guasa-caca. Lo de los nombres para las salsas recomendaría que se lo mirasen, pero hay que reconocer que más de uno tiene mucha gracia la verdad. Aquí el angus se deja notar, sabor a carnaca que si lo acompañamos con la salsa se acentúa un poco más a la vez que añadimos más matices. Es el plato más salado de todos, cosa que se agradece después de tanto toque dulce.
Mención a parte merece la yuca, la mejor sin duda que haya probado en España. Un tubérculo que me vuelve loco y que aquí en especial lo tratan con mucho cariño. Por más que le pregunté a Fernando por su proveedor, este se negaba una y otra vez a desverlármelo porque es uno de los grandes secretos de antojos. Son la clave de un local, que por mucha cultura y tradición que haya alrededor, el producto es clave. Con to' y con eso, es inevitable coger la postura de un armadillo para echar a rodar porque aquí se termina con la lengua fuera de tanto comer.
Y por fin, y con mucho sacrificio llegamos a un postre que casi no entraba. La marquesa de Nutella. Postre dulce de los que te duelen hasta los dientes, pero mega adictivo para un yonki de la nutella cómo yo. Fresas, plátano y COCHOlate ... ¿Hay alguna mejor combinación en este mundo? Francamente rico aunque nada apto para deportistas o amantes del postureo. Yo que resulta que ahora soy fofisano (lo que toda la vida se ha llamao gordifuerte), me lo zampé sin ningún tipo de problema. Semos asíss. Cero remordimientos.
Antojos es un sitio en el que cuando acabas de comer, tienes que desabrocharte el primer botón del pantalón. El precio medio si eliges ir de carta ronda los 30-40€ y los 50€ si te decantas por el degustación. Muy bien si lo comparamos con las cantidades y en especial, con las calidades que es su punto fuerte. Si preferís ir de carta, aviso a los navegantes que me decepcionó el ceviche (no lo probé el día más indicado ... también hay que decirlo), pero me fascinó el Cote de Boeuf que es capaz de derretirse en la boca cómo si fuera mantequilla francesa de la buena. Además, con la app de "eltenedor.es" tenéis un treinta por ciento de descuento ... que nunca está de más y que seguramente agradeceréis (también podéis consumir vuestros yums).
Os recomiendo mucho esta visita por lo diferente que es (os sorprenderá), y por el exquisito trato que te procesan allí. Da gusto conocer cosas nuevas con personas así ... buen feeling, mucho rollo, en fin, muy buena gente a la que deseo muchos éxitos y a la que volveré a ver más pronto que tarde ya que amenazan con una nueva carta. Allí estaré para catarla y contaros otra de mis historias.
¿Sus atrevéis? Yo me despido con un #VenezuelaRules.
DIRECCIÓN: Calle de Apolonio Moreales, 3 - Madrid
TELÉFONO: 91 350 97 49
WEB: antojosaraguaneygrill.com
FACEBOOK: facebook.com/antojosaraguaneygrill
INSTAGRAM: instagram.com/antojosaraguaneygrill
TWITTER: twitter.com/AntojoAraguaney
Os recomiendo mucho esta visita por lo diferente que es (os sorprenderá), y por el exquisito trato que te procesan allí. Da gusto conocer cosas nuevas con personas así ... buen feeling, mucho rollo, en fin, muy buena gente a la que deseo muchos éxitos y a la que volveré a ver más pronto que tarde ya que amenazan con una nueva carta. Allí estaré para catarla y contaros otra de mis historias.
¿Sus atrevéis? Yo me despido con un #VenezuelaRules.
DIRECCIÓN: Calle de Apolonio Moreales, 3 - Madrid
TELÉFONO: 91 350 97 49
WEB: antojosaraguaneygrill.com
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La ccomida latinoamericana es especial, la venezolana es deliciosa al igual que la olombiana y quisiera invitarlos a visitar Colombia y probar netra gastronompia, todos nuestros platos típicos los cuales los dejarán fascinados. Pueden encontrar más en https://www.santafemedellin.com/marcas/busqueda?categoria=gastronomia
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