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Bar El Velódromo, mucha fama y poca chicha

Bar El Velódromo

Antes de volver a Madrid, tuve la oportunidad de saborear la propuesta gastronómica de uno de los locales que lleva tiempo de moda en Barcelona, El Velódromo. Este fue comprado y remodelado en el año 2000 por la cervecera Moritz, la cual respetó el estilo art-decó que predominó en este longevo bar.

La carta corre supuestamente a cargo de Jordi Vilà, chef de estrella michelín con el restaurante Alkimia. Dicho así suena muy apetecible, pero la realidad es otra muy distinta ya que la alta cocina ni la huele. La mayoría de sus platos son de corte tradicional y más cercanos al bar de toda la vida. Una propuesta correcta si no tenemos en cuenta quien es el director creativo.

Para empezar y junto a mis acompañantes, elegimos las patatas bravas, los calamares a la romana, los buñuelos de bacalao y la esqueixada de bacalao. Platos sin misterios y a la vez decepcionantes ya que no cumplían los mínimos de sabor y calidad para mi gusto.

Las bravas sin picante y con unas patatas que no tienen nada que ver con las que probé en el Pepito Restaurante. Los calamares sosos pero tiernos. Y tanto los buñuelos cómo la esqueixada acusaban una falta de sabor que no corresponde a un producto cómo el bacalao que si precisamente destaca por algo es por su intensidad.

Entrantes Bar El Velódromo

Afortunadamente la comida se enderezó con el plato principal. Un arroz cremoso de "Cala Mar" que disfruté desde la primera hasta la última cucharada gracias a una perfecta melosidad y a un sabor que iba a más y del que iba descubriendo detalles según lo iba comiendo.

Un plato super asequible que por tan sólo nueve euros puedes saborear. Un imprescindible de su carta que no te puedes perder.

Arroz cremoso de Cala Mar

Para terminar opté por una recomendación del camarero: Tiramisú a la catalana con melindros emborrachados con vino de Banyuls. Cómo diría mi madre, "ni fú ni fá ni todo lo contrario". Estaba bueno pero no es de los mejores que he probado. Lo que más le puedo agradecer es que no fuera empalagoso al tener el punto justo de dulce para mi gusto.

Creo que había alguna que otra mejor opción en carta, pero si el camarero me recomendó este Tiramisú, no quiero pensar cómo deben de ser el resto de postres.

Tiramisú a la catalana (con melindros emborrachados con vino de Banyuls)

En resumidas cuentas, este Velódromo es un restaurante-bar más de Barcelona que para mi gusto sólo puede llegar a destacar por historia y por diseño retro. Decepcionante desde el punto de vista gastronómico pero con algún alto que le puede dar algo de valor. Eso si, muy bien de precio.

PD: Respecto al servicio del que tantas críticas he leído antes de ponerme a escribir, decir que al menos el camarero que nos atendió fue amable y atento. La rapidez, especialmente a la hora de traer la cuenta, si que deja algo de desear. Normal que así siempre esté lleno.



Calificación:


DIRECCIÓN: Carrer de Muntaner, 213 - Barcelona
TELÉFONO: 934 306 022

WEB: moritz.com
FACEBOOK: No tienen cuenta
INSTAGRAM: No tienen cuenta
TWITTER: No tienen cuenta



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Madrileño de nacimiento, alcazareño de corazón y criticón por antonomasia. Amante de la comida y apasionado de la música. Opino sobre casi todo con la mayor objetividad y sinceridad posible. Me muevo más que el baúl de la Piquer. [Carlos Manzano Alonso] (https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEia7Whs0Fml5ink3mTwG_AoPDdn8y3D568xOLD1PrqFMomnz5Nm8_-bdKIv_hFZZIBvhvbtvvR4c3Sp5pK02aostfB-nPyyZsb_7YlE29I91EbMJ1Jj2gI39H2fTxvFvmFG6d97-5slDZQ/s900/IMG_3291.JPG)