Me siento realmente afortunado por tener la posibilidad de trabajar, aunque sea poco tiempo al año, en una ciudad tan maravillosa cómo Barcelona. Gran patrimonio, gran modernidad y grandes restaurantes cómo el que os voy a presentar ahora.
Mi padre, que trabaja en la ciudad, me comentó que quería probarlo ya que se lo habían recomendado varios compañeros y encima estaba con el 30% de descuento en carta vía la app de "El Tenedor". Así que sin dudarlo y sin revisar críticas, nos lanzamos a reservar mesa con la esperanza de saborear las altas expectativas creadas ... que no eran pocas precisamente.
Es obligatorio comentar el espectacular diseño del espacio, el cual combina una ornamentación clásica con una distribución y toques modernos. Pero lo que predomina por encima de todo es la elegancia. Un diseño muy de moda en los nuevos locales de la ciudad Condal. Ellos lo llaman "hygelli", pero a mi me suena más a un mueble del Ikea.
La carta es una gran y acertada declaración de intenciones. Encuentras una serie de entrantes o "PICA PEPITO" muy interesantes. De principal puedes optar por sus famosas carnes a la brasa, hamburguesas que prometen mucho y unos tartar de pescado que tienen una pintaza increíble. Y si encima lo maridas con un buen vino cómo hicimos nosotros (Ramón Bilbao), ya lo bordas.
Empezamos con unos calamares rellenos de arroz con azafrán y alioli de frutas de la pasión que estaban de especial fuera de carta. Los calamares no estaban nada correosos y no te tenías que pelear con ellos a la hora de masticar, algo muy de agradecer. El relleno era sencillamente sublime. El plato en conjunto era escandaloso a la par de divertido ya que tenía un acidito que se recreaba en el paladar después de cada bocado. Muy rico, muy recomendable y creo que fácil de hacer en casa.
Seguimos con sus bravas que me resultaron peculiares por su presentación tipo patatas deluxe gigantes. Y muy acertadas por la calidad de la patata (algo que cuesta encontrar) y sus salsas. No esperéis la típica salsa roja que la mayoría de veces no tiene el picante suficiente. Aquí la salsa es rosa (mayonesa de Chipotle) y tiene la cantidad de picante que yo al menos le pido a unas bravas. La alioli de azafrán estaba también riquísima. Un plato muy sabroso que nos mete en faena de cara al plato principal.
Pasando ya a terreno carnívoro, nos decantamos por la especialidad de la casa que da nombre al restaurante: los pepitos. Uno fue el Dupont (solomillo de buey, foie, pimientos del padrón y setas al ajillo) que es el best-seller y otro el Gabilondo (solomillo de buey, queso Idiazábal y pimiento rojo escalibado) que me llamaba particularmente la atención. Ambos riquísimos gracias la calidad de cada uno de sus ingredientes.
Un solomillo finito riquísimo que se deshacía en la boca y un pan super crujiente con la miga justa es el secreto del éxito de estos dos platos o bocatas. Lógicamente los acampoñantes también influyen, pero se agradece sobre todo, que el sabor de la carne no se pierda en ningún momento que para eso es un pepito.
Entre las dos opciones me quedo con el Dupont, pero ojo, que el Gabilondo no se queda atrás ni mucho menos. Ambos son los mejores que he probado nunca.
Gracias a los pepitos no teníamos espacio para más y desgraciadamente no pudimos saborear ningún postre a pesar de que tenían muy buena pinta.
En total fueron unos 56€ que sin contar el vino sale una cena a un precio más que razonable. En definitiva, gran sitio, gran comida, gran atención y encima con descuento. Es normal que sea un local de referencia. Muy a la altura de las expectativas creadas.
DIRECCIÓN: Passatge Domingo, 3 - Barcelona
TELÉFONO: 932 506 725
WEB: pepitorestaurante.com
FACEBOOK: facebook.com/Pepito-Restaurante
INSTAGRAM: instagram.com/pepitorestaurante
TWITTER: No tienen cuenta
Empezamos con unos calamares rellenos de arroz con azafrán y alioli de frutas de la pasión que estaban de especial fuera de carta. Los calamares no estaban nada correosos y no te tenías que pelear con ellos a la hora de masticar, algo muy de agradecer. El relleno era sencillamente sublime. El plato en conjunto era escandaloso a la par de divertido ya que tenía un acidito que se recreaba en el paladar después de cada bocado. Muy rico, muy recomendable y creo que fácil de hacer en casa.
Seguimos con sus bravas que me resultaron peculiares por su presentación tipo patatas deluxe gigantes. Y muy acertadas por la calidad de la patata (algo que cuesta encontrar) y sus salsas. No esperéis la típica salsa roja que la mayoría de veces no tiene el picante suficiente. Aquí la salsa es rosa (mayonesa de Chipotle) y tiene la cantidad de picante que yo al menos le pido a unas bravas. La alioli de azafrán estaba también riquísima. Un plato muy sabroso que nos mete en faena de cara al plato principal.
Pasando ya a terreno carnívoro, nos decantamos por la especialidad de la casa que da nombre al restaurante: los pepitos. Uno fue el Dupont (solomillo de buey, foie, pimientos del padrón y setas al ajillo) que es el best-seller y otro el Gabilondo (solomillo de buey, queso Idiazábal y pimiento rojo escalibado) que me llamaba particularmente la atención. Ambos riquísimos gracias la calidad de cada uno de sus ingredientes.
Un solomillo finito riquísimo que se deshacía en la boca y un pan super crujiente con la miga justa es el secreto del éxito de estos dos platos o bocatas. Lógicamente los acampoñantes también influyen, pero se agradece sobre todo, que el sabor de la carne no se pierda en ningún momento que para eso es un pepito.
Entre las dos opciones me quedo con el Dupont, pero ojo, que el Gabilondo no se queda atrás ni mucho menos. Ambos son los mejores que he probado nunca.
Gracias a los pepitos no teníamos espacio para más y desgraciadamente no pudimos saborear ningún postre a pesar de que tenían muy buena pinta.
En total fueron unos 56€ que sin contar el vino sale una cena a un precio más que razonable. En definitiva, gran sitio, gran comida, gran atención y encima con descuento. Es normal que sea un local de referencia. Muy a la altura de las expectativas creadas.
DIRECCIÓN: Passatge Domingo, 3 - Barcelona
TELÉFONO: 932 506 725
WEB: pepitorestaurante.com
FACEBOOK: facebook.com/Pepito-Restaurante
INSTAGRAM: instagram.com/pepitorestaurante
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